Loula Santos

Mi último mes de embarazo fue bastante intenso. Aitana estaba encajada y con la cabeza muy baja. Practicamente no podía andar, el dolor era insoportable. Las contracciones comenzaron a ser más seguidas y sobre todo dolorosas, nada que ver con las de braxton hicks (era el tercer embarazo, sabía diferenciarlas). Mi ginecóloga recomendó que me echara sobre el lado izquierdo cada vez que apareciera una contracción y permaneciera en reposo. Aún faltaba un mes para la fecha prevista de parto y no queríamos correr riegos. El método fucionó perfectamente. Cinco días antes de cumplir, nació Aitana. Pero el descanso no llegó con ella... se hizo famosa en toda la planta del hospital, tiene unas cuerdas vocales prodigiosas. Noches sin dormir, cansancio acumulado y el frío extremo de enero, no acompañaban a las ganas de salir... Mi marido, no lo pensó más y reservó en ese restaurante que tenía tantas ganas de probar; especialistas en carnes a la brasa. A mi la carne no me gusta mucho, menos